
LA VANGUARDIA, DOMINGO, 29 JULIO 2007
AUNQUE la luz se ha restablecido en Barcelona, después del apagón más grave de su historia, que esta semana ha dejado sin suministro a cerca de 350.000 abonados, la crisis eléctrica no está resuelta, ni mucho menos. La red de distribución se ha podido reparar con soluciones de emergencia, como es el recurso a ruidosos grupos electrógenos, pero el servicio funciona bajo mínimos, con riesgo evidente de nuevos apagones si se produjera un elevado incremento del consumo. Es muy grave que se vaya a tardar todavía varias semanas, o quizás meses, en lograr que todo vuelva a funcionar con normalidad. No puede permitirse que el sistema eléctrico de Barcelona funcione como las cercanías de Renfe, con averías cada dos por tres, que distorsionen y dificulten la vida cotidiana y la actividad de sus comercios y empresas. Sería una catástrofe que hay que evitar por todos los medios.